Los alcaldes deberán ordenar pruebas de alcoholemia antes y durante las cabalgatas.

Una decisión judicial sin precedentes está marcando un hito en la regulación de las cabalgatas en el país. El Consejo Superior de la Judicatura ha emitido una orden que obliga a la Asociación de Caballistas del Eje Cafetero y a la Alcaldía de Dosquebradas a implementar estrictos controles de alcoholemia a los jinetes durante las cabalgatas. Esta medida, impulsada por una acción de tutela, busca garantizar la seguridad y el bienestar de los animales y los ciudadanos.

El origen de la decisión

La orden judicial se origina en una acción de tutela interpuesta por José Rodrigo Toro Montes, exalcalde de Santa Rosa de Cabal, quien, según él, buscaba proteger a los animales y a las personas de los riesgos asociados con el consumo de alcohol en estos eventos. La medida, aunque no decretó una medida provisional, sí ordenó a las partes a que garanticen el control del consumo de alcohol de los participantes mediante pruebas de alcoholemia.

Los detalles de la orden:

El Consejo Superior de la Judicatura fue claro en sus exigencias. La Asociación de Caballistas y la Alcaldía de Dosquebradas deberán:

. Hacer pruebas de alcohol en el aliento a los jinetes.

  1. Disponer de un herrero en cada uno de los cinco puestos de control ubicados en el trayecto de la cabalgata.
  2. Contar con un sitio de descanso para los equinos, tanto antes como después del evento.

Reacciones y perspectivas

La decisión ha sido recibida con un eco de aprobación por parte de defensores de los derechos de los animales, quienes la consideran un paso fundamental para erradicar el maltrato animal. Sin embargo, se espera que la medida genere debate en el gremio de los caballistas, que podría argumentar que esta regulación afecta la tradición y la logística de sus eventos. Esta decisión podría sentar un precedente para otras ciudades del país, abriendo la puerta a una regulación más estricta de las cabalgatas.

Conclusión:

La orden judicial del Consejo Superior de la Judicatura representa un punto de inflexión en la manera en que se desarrollan las cabalgatas. Más allá de la tradición, la justicia ha priorizado la seguridad y el bienestar, obligando a los organizadores a asumir una responsabilidad que, hasta ahora, no era una prioridad. Esta decisión histórica podría ser el inicio de una nueva era para los eventos equinos, donde la celebración y la diversión conviven con la responsabilidad y el cuidado de los animales.

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